El coordinador general de IU Aragón, Adolfo Barrena, ha asegurado que el vídeo realizado por unos jóvenes simpatizantes en el que un actor llama “cabronazo” al rey y lo culpa de la crisis económica (quizás aludiendo elípticamente a la manera en que ha amasado su inmensa fortuna), se ha convertido en inesperado defensor de la corona: “Niego la mayor. En ningún momento interpreto que se aluda al Rey”. Fuentes del gabinete de comunicación de IU Aragón, consultadas por El Periódico de Aragón, trataron también de arropar al monarca diciendo que el insulto “podría referirse a Rajoy, que salía en la página anterior y el personaje lo dice mientras pasa la página”. Viendo la claridad con que el personaje se expresa en el vídeo no hay más remedio que concluir que el monarquismo de la coalición de izquierdas ha quedado freudianamente al descubierto, como le ocurrió a Santiago Carrillo cuando póstumamente se han publicado sus memorias.
¿Alguien dudaba que también Izquierda Unida es un miembro más de la Monarquía de Partidos? ¿No son sus dirigentes unos más de la “clase política” cuyos generosos sueldos dependen del Estado? ¿Pondrán alguna vez de forma seria y organizada a la corona en jaque? ¿Que hubiera ocurrido si el millón de personas que se manifestó en Madrid el 25-N bajo una cabecera de CC.OO, UGT y USO hubieran sido dirigidos a las puertas del Congreso de los Diputados?
¿Por qué los sindicalistas profesionales dejaron tirados y solos a los jóvenes que arriesgaron (y perdieron) su integridad física para enfrentarse a los antidisturbios de la cámara baja y de Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno? ¿Cuanto tardaría en caer una Monarquía y un régimen corrupto de partidos si fuera espoleado en la calle por todos los sindicatos, como no ocurrió el 25-N?
En lugar de ello, Cándido Méndez y Fernández Toxo prefirieron corear una propuesta estrafalaria e ineficaz por imposible: “Referendum para los recortes”. Como en la época de Franco, o en el referendum de Juan Carlos sobre la “reforma”, una pregunta ingenua y tramposa para obtener el 99% de los votos, como en la Rumanía de Ceaucescu: “¿Desea usted que le apliquen los recortes decretados por el Gobierno?”. Tratan al pueblo, de cuyos impuestos viven, como borregos ignorantes. Y por eso la sociedad les da la espalda y ya solo se aprovecha de sus convocatorias para exteriorizar sus protestas. Pero llegará un día en que esos centenares de miles de personas que van a sus espaldas les arrebaten sus pancartas, los corran a gorrazos y se dirijan a los verdaderos centros de poder (El Congreso, las Delegaciones del Gobiernos, los Parlamentos autonómicos, la Zarzuela o la Moncloa) para hacer ver que la situación económica que vive la mayor parte de la población española es dramática e insostenible.
Si no extraña que los dirigentes sindicales en España “desactiven” las protestas sociales en la calle y se entrevisten con Rajoy a las claras o con Merkel a las oscuras porque su afán no es cambiar las cosas sino perpetuar sus lujuriosos sueldos y subvenciones, tampoco debería asombrar que Izquierda Unida salga presto en defensa del rey porque un vídeo suyo hecho por gente joven le llame “cabronazo” y lo culpe de la crisis económica. Al fin y al cabo, ha sido el ingenuo diputado Gaspar Llamazares el que ha pedido en las Cortes ¡un Estatuto jurídico para la Familia Real! Ya no vale la impunidad civil y penal del rey hasta para sus hijos no reconocidos (una restauración moderna del derecho de pernada) sino que IU quiere discutir su extensión al resto de su familia, no sabemos si incluidos sus yernos en este momento procesal tan delicado. En este contexto ¿a alguien puede extrañar que IU salga presto en defensa del rey Juan Carlos porque un vídeo suyo lo llama “cabronazo”?